En los años setenta, el público anhelaba un grupo que capturara la idiosincrasia de los sonidos colombianos siguiendo la ruta de sus raíces africanas y fue Julio Ernesto Estrada Rincón “Fruko” el encargado de concretar la tarea, creando un proyecto que vuelca la mirada hacia los sonidos afroantillanos como el calypso, el soukous, el reggae, entre otros, mezclándolo de una manera muy armoniosa con la cumbia.
La voluptuosa cadencia de este grupo hizo que se convirtiera en una leyenda dentro de la historia de la música colombiana, ya que a través de sus ritmos generó una identidad que se vio reflejada, desde su manera de bailar, hasta la de ejecutar los instrumentos como: Maracas, congas, bajo, batería, timbal, piano y demás que unidos generaron una fusión mágica que hasta la actualidad canaliza las energías del espíritu hacia la alegría, el goce, la raíz y el ritual